08/06/2016

Dirofilaria Inmitis, o la enfermedad del gusano del corazón

Como comentamos en el post de las garrapatas, los veterinarios adoramos la prevención. Desgraciadamente la mayoría de las enfermedades de los animales no se pueden prevenir, pero hay unas pocas que pueden evitarse de una manera relativamente sencilla.

Una de ellas es la Dirofilaria inmitis, más conocida como enfermedad del gusano del corazón. Este segundo nombre es muy descriptivo, ya que se trata de un gusano que crece y vive en las arterias pulmonares y en el ventrículo derecho del corazón.

Al leer esto nos podemos hacer una idea de lo grave que puede llegar a ser, de hecho, si no se diagnostica y trata, es una enfermedad potencialmente mortal.

Todo comienza cuando un mosquito, que lleva una larva del gusano (microfilaria), pica a un perro, transmitiendo esa larva. Dicha larva evoluciona dos veces dentro del perro, hasta convertirse en un gusano maduro, y se desplaza hasta las arterias pulmonares. Además, los machos y las hembras del gusano maduro se aparean, generando nuevas microfilarias. Estas últimas circulan a través de la sangre de los perros, estando listas para ser ingeridas por cualquier mosquito que pique al perro. De esta manera la enfermedad se disemina.

Muchos perros pueden no tener síntomas hasta varios años después de haber contraído la enfermedad, pero con el paso del tiempo comienzan a manifestar fatiga, tos, desmayos (síncopes), líquido en abdomen (ascitis)…

Algo a tener en cuenta es que no sólo afecta a los perros, sino también a los gatos. En estos últimos los síntomas son algo diferentes ya que afecta más a los pulmones que al corazón.

Y ante esto ¿qué podemos hacer? El tratamiento de la enfermedad tiene un alto riesgo, aunque puede llegar a curarse, dejando secuelas más o menos graves en función del sufrimiento del corazón durante la enfermedad. Sin embargo, la prevención es sencilla y efectiva. Además, con un diagnóstico temprano evitamos que nuestra mascota sea un foco de contagio.

Cada clínica veterinaria tiene su protocolo frente a la Filariosis canina, por lo que lo mejor es que consultéis con vuestro veterinario de confianza y os explique qué es lo mejor para vuestro perro y/o gato.

El refranero español es sabio, así que ya sabéis: es mejor prevenir que curar.


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