16/01/2018

Llegada de un nuevo gato a una casa en la que ya hay gato(s)

Como muchos sabréis, los gatos son una especie social (aunque hay muchos especialistas que lo ponen en duda), y aunque no se define como especie gregaria (que necesita vivir en comunidad), cada vez son más frecuentes las casas en las que hacemos convivir a varios gatos.

Entender sus necesidades sociales va a permitir que la adaptación de un nuevo gato cuando ya hay otro gato sea más probable.

En primer lugar hay que tener en cuenta la situación higiénico-sanitaria del gato que entra. Siempre que se adopta un gato nuevo es recomendable chequear su estado inmunitario (hacer un análisis de virus felinos), así como su estado de vacunaciones y desparasitaciones y su estado general, ya que puede vehiculizar agentes infecciosos a nuestros animales que ya viven en casa. Una visita al veterinario y un período en casa separado del otro gato (lo que siempre se ha llamado “cuarentena”) para poder detectar la aparición de síntomas pueden ser suficientes. Además, la cuarentena nos va a ayudar a que ambos gatos (el nuevo y el ya residente) se adapten mejor el uno al otro.

Aunque conoceréis muchas historias de gatos que se han llevado bien desde el principio, esto no es lo más frecuente. Los gatos son territoriales y aunque pueden compartir comida y recursos (siempre que sean suficientes), compartir una vivienda puede suponer un nivel de estrés muy alto y la no aceptación del otro individuo, que termine derivando en agresiones y en una convivencia intolerable para gatos y humanos.

Por todo esto se empezará con ambos gatos en habitaciones separadas, cada una con su arenero, comedero, bebedero, rascador y juguetes, y progresivamente se buscará que se habitúen al olor y visión del otro, sin llegar a estar en contacto hasta que no se vea una adaptación total. Se puede comenzar empleando un trapo para frotar la cara de uno y otro gato por separado, generando un olor común, y dejando a ambos gatos olisquearlo (y observando atentamente su reacción). Cuando acepten el olor común del trapo se puede pasar a que se vean a través de una puerta de cristal (o una valla, o una puerta para niños, o cualquier puerta que permita la visión pero no el contacto) varias veces al día, y si esto sigue sin generar malas respuestas (bufidos, huidas, gruñidos…) se puede plantear comenzar a hacer sesiones de juego o alimentación juntos. Es especialmente útil hacerles jugar juntos (juguetes adecuados como cañas de pescar o ratones) para que generen relaciones positivas, ya que muchos gatos serían capaces de comer al lado de su peor enemigo, aunque no estuvieran relajados. Observar que se acicalan el uno al otro o que duermen en contacto directo son indicios de que la relación es estupenda.

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